¡Alerta! ¡Alerta! ¡Jugar produce felicidad!
¿Y tú? ¿Te atreves a ser feliz?
Ya casi nadie duda de que jugar nos produce muchísimos beneficios a nivel de desarrollo motor, psicológico o social… Pero jugar es mucho más.
Cuando jugamos, nuestros pensamientos, sentimientos, emociones y acciones son posibles gracias a unas sustancias mensajeras que habitan en nuestro cerebro: ¡los famosos neurotransmisores! Y es que, gracias a estos mensajeros, la información viaja saltando de neurona en neurona permitiendo que diferentes áreas de nuestro cerebro estén comunicadas y puedan "hablarse".
La neurociencia, la ciencia que estudia el sistema nervioso, ha demostrado que el juego estimula ciertos neurotransmisores en nuestro cerebro. Y en los últimos años, el avance de la tecnología está permitiendo que la lista cada día vaya en aumento, pero hoy nos centraremos en cuatro que nos producen felicidad. Así que sí, como suponías, la ciencia ha demostrado que jugar nos hace felices, pero vamos a ir un poquito más allá y descubriremos el porqué.
¡Ta tata... chan! Os presentamos...
¡La Dopamina! Una sustancia que está muy ligada al juego, al deseo y al placer. Cuando esperamos una recompensa o se nos plantea un reto, la dopamina nos motiva a conseguirlo favoreciendo nuestra atención, motricidad fina y gruesa y coordinando nuestros movimientos. Además nos permite sacar a relucir toda nuestra creatividad. Es la encargada de que repitamos conductas ya que cuando una acción nos produce placer (liberación de dopamina) tendemos a repetirla y a adquirirla como comportamiento y hábito. En resumidas cuentas, nos motiva para conseguir una recompensa o un reto, potencia el aprendizaje, la imaginación y la memoria a corto plazo. Pero profundicemos un poquito más porque también es importante entender cómo segregamos dopamina:
- Voluntariedad frente a obligación: Cuando participamos en una gamificación de manera voluntaria, la segregación de dopamina y por tanto la motivación será mayor que si se realiza por obligación.
- Novedad frente a repetición: También es mayor si las tareas son novedosas que si ya las hemos repetido en diferentes ocasiones, por lo tanto es interesante ir variando las recompensas y objetivos porque se percibirán como más atractivos y valiosos.
- Facilidad frente a dificultad: Es importante también destacar que los objetivos demasiado complicados o en alcanzables en un largo plazo serán percibidos como menos deseables que aquellos percibidos como alcanzables a corto/medio plazo.
La falta de dopamina podría llevar a problemas de socialización, apatía, anhedonia, problema de memoria o atención…
Continuamos con... ¡Las Endorfinas! Actúan como opiáceos endógenos, es decir como sustancias que produce nuestro propio cuerpo. Como los opiáceos, disminuyen el dolor tanto físico como psicoemocional generando una sensación de alegría y bienestar. El liberar endorfinas nos ayuda a mejorar nuestra situación emocional y a afrontar situaciones dolorosas y/o traumáticas, lo que fortalece también nuestro sistema inmune que nos ayudará a hacer frente y combatir microorganismos externos. Además, regulan nuestro apetito, el sueño y con ello el descanso. y estimulan el sistema inmunitario ayudándonos a hacer frente
Niveles bajos de endorfinas pueden producir cambios bruscos en nuestro estado de ánimo, estados depresivos, ansiedad…
Turno para la Serotonina: Nos encontramos con la gran reguladora del estado de ánimo. Se libera cuando conseguimos alcanzar una meta o cuando nos sentimos importantes. Disminuye el estado de estrés actuando como un calmante emocional y sumergiéndonos en un estado tranquilo, de esta manera se reduce la ansiedad. La serotonina, ante una situación de tensión, nos permite ser menos agresivos reduciendo nuestras conductas violentas. Su falta puede provocar cambios en el estado de ánimo, irritabilidad, negatividad, ansiedad, fatiga, apatía, problemas de sueño, aumento de peso…
Y el postre... La Oxitocina y el amor: Es un neurotransmisor que se libera cuando nos encontramos inmersos en un historia o narración. Gracias a la oxitocina sentimos mayor confianza con el grupo, reduce el miedo social. Facilita la sensación del afecto y la cercanía con los demás. Y estimula nuestra empatía y las conductas altruistas y generosas. Su falta reduce la empatía y con ello la capacidad de identificar expresiones.
Así que ya lo llevamos diciendo unos cuantos días: ¡A jugar! ¡Hagamos una gran aldea! ¡ÚNETE! ¡ Conviértete en ALDEAN@, MIEMBRO DE LA GUARDIA o SABI@ y apoya el proyecto!
Cotillea las fuentes:
Carlson, N.R. (1999). Fisiología de la conducta. Barcelona: Ariel Psicología.
Jimenez Velez, C. (2019). El juego. Nuevas miradas desde la neuropedagogía (1st ed., pp. 77 - 85). Coop. Editorial Magisterio.
Gamificación: 4 neurotransmisores responsables de la felicidad. (2019). Retrieved 20 November 2019, from https://formacionempresa.net/gamificacion-4-neurotransmisores-responsables-la-felicidad/
Weldone, Michele. “Your Brain on Story: Why Narratives Win Our Hearts and Minds.” Pacific Standard. (2014) Retrieved 17 Nov 2019, from
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